¿Es permisible el pan en una alimentación saludable? Esta es una de las preguntas más comunes entre los consumidores. Y es que en la actualidad, con la cantidad de información que existe, hay un problema derivado, y es el de la saturación de datos. De forma que, al final, uno pierde la idea general de lo que está leyendo. Por eso queremos responder esta cuestión como expertos, dándote un rotundo «sí», es posible el pan en una alimentación saludable.
¿Qué es una dieta saludable?
¿Comer con pocas calorías es saludable? ¿Lo es comer de todo un poco? Dentro de la alimentación existe una gran cantidad de mitos, leyendas y rumores. Y es que, hay un problema muy claro en su misma raíz, que generalmente se identifican dos conceptos como equivalentes: saludable y adelgazar.
Uno pierde peso con ejercicio y con una dieta con pocas calorías. Pero una dieta saludable no tiene, necesariamente, que implicar una reducción de calorías. Más bien, tiene que ver con una buena selección de los alimentos. También, con una redistribución de las comidas y con incorporar nuevas dinámicas de elaboración de los platos.
Otro de los mitos más extendidos es el de que los hidratos no son saludables. Principalmente, por la enorme cantidad de calorías que tienen. Esto, nuevamente, es otra falacia. Pensemos en los frutos secos, son ricos en grasas insaturadas, y, por lo tanto, muy calóricos. Sin embargo, se recomienda su consumo diario. Porque las grasas insaturadas, pese a su índice calórico, aportan muchas propiedades. Pues lo mismo pasaría con el pan, la pasta y el arroz.
Los hidratos de carbono, para que te hagas una imagen clara, funcionarían como la gasolina del cuerpo. Por lo tanto, deben ser una parte fundamental de tu dieta. Los nutricionistas cifran que en cualquiera de las comidas principales, un cuarto de los alimentos debe de ser hidratos de carbono.
Ahora bien, ¿de qué están compuestos? Muchos de ellos están cargados, por ejemplo, de azúcares. Piensa en el pan de molde o, en algunos casos, en la pasta. En estos casos, ante azúcares añadidos, sí que estaríamos ante alimentos que no están siendo especialmente saludables. Por lo tanto, una primera respuesta que podemos darte es que, evidentemente, hay que comer hidratos, y muchos. Pero no de cualquier tipo. Tampoco deben haberse producido o elaborado de cualquier manera.
Ingredientes naturales, el pilar de una alimentación sana
Entonces, ¿qué tipo de pan puede consumirse dentro del marco de una alimentación sana? Pues cualquiera que haya sido elaborado naturalmente. No necesariamente en los procesos de elaboración, sino más bien dentro de los ingredientes que se han empleado para ello.
Además, dentro de esto puedes encontrar diversas opciones o modalidades que le ofrecen un sabor especialmente interesante. Desde panes con semillas hasta otros de centeno, etc. Hay dos que, especialmente, se han convertido en los clásicos elementos del paradigma de la buena alimentación. Hablamos del pan de chía y el de espelta.
Las semillas de chía se han convertido en uno de los superalimentos del momento. Con un origen centroamericano, funcionarían un poco como las nueces (otro de los alimentos más interesantes que hay). Aportan una buena cantidad de omega 3 y de diferentes nutrientes.
¿Qué sucede en este caso? Que, dentro de los macronutrientes de una dieta, el pan dejaría de aportar, sencillamente, hidratos de carbono. Pasaría a convertirse, a un tiempo, en una fuente de pequeños nutrientes y de nuevas propiedades. Por lo tanto, ya no solo es una fuente necesaria de energía para el día a día. Pasa ahora a aportar directamente otras propiedades también muy interesantes.
¿Qué pasa con la espelta? Es un cereal que siempre ha formado parte significativa en la dieta del ser humano, aunque su consumo se redujo con el paso de los años. Complementa muy bien no solo en sabor, sino también en propiedades. Se ha convertido también en un aderezo de gran importancia para los principales panes.
Por lo tanto, dentro del pan, dependerá mucho el tipo de harina con el que se haga. También influyen los cereales o las semillas que se empleen y los azúcares que se le vayan a añadir o no. Por lo tanto, cuanto más tradicional y más natural, mejor. Y, de la misma manera, mucho más sano.
Además, se trata de una excelente fuente de energía que te puede mantener activo a lo largo del día. No en vano, nutricionistas y especialistas recomiendan siempre comer algo de pan en todas las comidas. Ayudará a tus intestinos y te permitirá realizar tus tareas o trabajos durante el día.
En conclusión, sí que se puede (incluso se debe) incluir el pan en una alimentación saludable. Siempre y cuando se consuma con relativa moderación. Y, lo que es más importante, selecciones de panes elaborados de manera natural con buenos ingredientes y que te puedan aportar energía y también nutrientes.
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