Los alimentos congelados parecen seguir siendo el origen de una controversia en la que resulta complicado llegar a un acuerdo. Los diferentes bulos que se han publicado sobre los mismos no dejan de ser su peor publicidad. A continuación, te comentamos cuáles son las mentiras más recurrentes al respecto y aclaramos las verdaderas propiedades de este tipo de alimentos.
Bulos más recurrentes sobre los alimentos congelados
Las siguientes falsedades parecen estar tan extendidas que son consideradas como verdades absolutas sin serlo:
– FALSO. Un alimento congelado no tiene las mismas propiedades que uno fresco.
– FALSO. La congelación inmediata del producto no provoca que conserve su aporte nutricional.
– FALSO. Congelar un alimento no lo protege de la aparición de microorganismos.
– FALSO. Los cambios de temperatura afectan directamente al aporte de nutrientes.
Tras semejantes afirmaciones, resulta indispensable subrayar cómo algunas voces comentan que el producto congelado presenta alteraciones en su textura, falta de sabor y reducción de propiedades. Tampoco estos conceptos son ciertos y están provocados, en la mayoría de los casos, por un error en el proceso de descongelación.
Lo único cierto es que la aparición de microorganismos se para, pero no se corrige durante la congelación. Por lo demás, un producto congelado de forma industrial y descongelado de forma correcta, nunca a temperatura ambiente, es tan saludable como otra opción.
El pan congelado, propiedades y ventajas de su uso
A pesar de su mala prensa, los estudios confirman que este tipo de pan es tan saludable como el recién horneado. Por lo general, se cuece durante unos minutos antes de congelarse. Posteriormente, el horneado termina el proceso ofreciendo siempre un agradable aroma y la textura más recomendable.
Como consumidor final podrás tener siempre pan recién hecho en tu mesa. Como profesional de la hostelería o de la alimentación tendrás la oportunidad de ofrecerles a tus clientes un producto de alta calidad que goza de una estupenda rentabilidad.
Es de vital importancia el ofrecerle a cualquier comensal un pan recién horneado que complete su experiencia gastronómica con facilidad. No en vano, el pan congelado se utiliza ya en cada vez más restaurantes que lo han convertido en uno de los grandes atractivos de su oferta.
Lo mismo sucede con los establecimientos de venta de productos de alimentación. Tener la oportunidad de comprar pan caliente casi en cualquier momento del día no deja de ser una opción irrenunciable para disfrutar de tan básico y saludable alimento.
Convertirte en distribuidor o usuario habitual de estos artículos repercutirá directamente en tu presupuesto. El competitivo precio y la alta calidad del producto son dos factores a tener muy en cuenta a la hora de consumirlo.
La variedad es tan alta que podrás vender panes de todo tipo como chapatas o baguettes. En todo caso, se parte de una masa madre sin emulgentes para que el resultado sea el más recomendable para el cliente.
También es posible aumentar la oferta comercial incorporando productos como el cruasán, los donuts, las berlinas, los snacks salados, los productos sin gluten y los pasteles en general. Todo lo anterior con la garantía de un fabricante con experiencia que te certifica el mejor sabor posible a un precio imbatible.
Así, el ser distribuidor de estos productos puede convertirse en un reclamo perfecto para aumentar la clientela y para generar más beneficios de forma natural y cómoda.
Esperamos haberte aclarado todos los mitos sobre los alimentos congelados y haberte animado a abrir las puertas de tu negocio a nuevos horizontes. Todo sea por disfrutar al máximo de la adaptabilidad a todo tipo de clientes de unos productos de panadería y de bollería que tienen la misma calidad que cualquier otro y que pueden incrementar tus ingresos en muy poco tiempo.